El olfato es el sentido del recuerdo.
Existe un porcentaje muy alto de aromas vinculados con recuerdos agradables que hemos ido recopilando a lo largo de nuestra vida.
Dicen que no debemos mirar al pasado, que lo que ocurrió ya quedó atrás y que tenemos que vivir el presente, pero yo no estoy tan de acuerdo.
¿Qué seríamos sin todo lo que nos ha traído hasta hoy?
Cuanto hemos trabajado hasta llegar aquí ¿verdad? ¿por qué no debería viajar a mi pasado de vez en cuando?
A mí me gusta viajar a mi pasado a través de la máquina del tiempo que es mi olfato. Porque me lleva a lugares muy bonitos que me gusta recordar, que me reconfortan y me hacen sentir que mi vida ha merecido la pena ser vivida, con sus rosas y con sus espinas.
El olor a lapicero y sacapuntas me lleva a mis clases de EGB, y de repente recupero a mi niña interior.
El olor a jazmín me lleva en segundos al patio de la casa de mi abuela en Andalucía, con todos los objetos y las personas que me rodeaban, y me siento muy bien.
El olor de las galletas María me lleva a mi casa, al momento de la merienda.
En general tenemos tendencia a recordar más olores agradables que desagradables.
El olor a alcohol me lleva al pequeño espacio de la Cruz Roja al lado de mi colegio en el que me ponían las vacunas. Y si conecto mucho con aquel momento puede incluso llegar a dolerme la boca del estómago, como entonces.
Detente unos segundos a recordar algún aroma de infancia.
Cierra los ojos y trata de recordar, alguno especialmente significativo para ti.
Tú ve yendo que yo te espero, no me voy a ninguna parte. Por favor, cierra los ojos AHORA.
Recordar ciertos aromas de infancia nos hace bien y nos reconforta, es un pequeño refugio interior.
¿Qué hay detrás de esta sensación?
De los cinco sentidos, el olfato es el que más conectado está con un área del cerebro llamada hipocampo, en el lóbulo temporal y es una parte importante del sistema límbico, o también llamado “cerebro emocional”. Tiene una gran implicación en la memoria a largo plazo y nuestra capacidad de asociación.
Esa es la razón por la que recordamos el 35% de lo que olemos frente al 2% de lo que escuchamos.
Cuando olemos algo, nuestras neuronas emiten descargas eléctricas; estimular el olfato tiene efectos beneficiosos a nivel neuronal. Casi nada.
¿Cuánto de importante es para ti tu olfato?
Hace unos años mi olfato, no significaba gran cosa para mí, hasta que descubrí la aromaterapia. Y entonces fue como haber estado ciego y de repente abrir los ojos y poder ver. Fue como abrirme a otra dimensión.
Según la doctora y neurocientífica Nazareth Castellanos, “aprender a oler es una forma de entrenar la memoria, la atención y el procesamiento de las emociones”
Según la revista SCIENCE, el olfato está infravalorado. El bulbo olfativo es una estructura muy pequeña, y por esa razón, durante muchos años, los científicos pensaban que el ser humano no tenía una gran capacidad olfativa, pero hoy día ya se sabe que esto no es así; a día de hoy, la comunidad científica todavía no ha podido averiguar el número de olores que podemos llegar a detectar.
Como el caso del colibrí; se creía que este pájaro no tenía olfato dado el reducido tamaño de su bulbo olfativo, pero estudios recientes han demostrado lo contrario.
No siempre lo pequeño es insignificante ¿verdad?
Existe un estudio reciente desarrollado por la Universidad de Manheim en Alemania que muestra unos resultados muy interesantes sobre una terapia basada en el olfato.
Se trabajó en un grupo de personas de entre 50 y 89 años en el que se observó cierto declive en la memoria y el estado anímico.
Se realizaron dos grupos: a uno de ellos se le pidió que durante 5 meses hicieran estimulación cognitiva más tradicional como puzles, números, etc. El otro grupo tenía que oler cuatro aromas por la mañana y otros cuatro por la tarde.
Se evaluó la edad cognitiva antes y después del proceso y se observó que después de esa terapia de entrenamiento olfativo, podían discriminar muchos más olores, algo que resulta natural.
Pero vieron además que había aumentado su capacidad de memoria, fluidez verbal y capacidad de mantener la atención. Existía un cambio significativo y además eran menos reactivos emocionalmente.
Los cambios emocionales fueron más grandes que los cognitivos, pero se favorecieron ambos procesos.
Hay una parte muy importante del olfato que reside en el subconsciente, por lo que determinados aromas pueden influir en nuestro comportamiento, aunque no nos demos cuenta en el mundo consciente.
Las marcas saben esto ¿verdad? Ya te es familiar entrar a determinados establecimientos y que su aroma sea inconfundible y te genere una sensación de bienestar, que probablemente podría incitarte a la compra.
Pero aquí no hemos venido a hablar de eso.
Hemos venido a hablar de aromas y salud.
De cómo tu olfato puede ayudarte a mejorar tu salud tanto física como emocional.
Por el momento, creo que ya tienes razones suficientes para salir ahí afuera y empezar a oler todas esas plantas y árboles aromáticos que hay por nuestras ciudades. Te animo a hacerlo, y a que me sigas leyendo por aquí.
¡Abrazo aromático muy fuerte!
Un comentario
¡Excelente artículo! Para mí los olores lo son todo. Tengo muy desarrollado ese sentido y estoy de acuerdo en los recuerdos que traen los olores, así como las sensaciones de placer o desagrado. Muchas gracias por mostrar algo que tenemos “de serie” pero que muchas personas no saben disfrutar conscientemente de ello. Enhorabuena ????